martes, 29 de mayo de 2007

" La Soledad "

Jaime Rosales desconcierta con este drama sin dramatismos y con actores que se comportan como en la vida misma.

Fecha de estreno en España, 01 de Junio de 2007.



Ficha técnica:

Nacionalidad: España
Año: 2007
Duración: 130 min.
Clasificación: Sin definir
Género: Drama
Color: Color
Dirección: Jaime Rosales
Guión: Jaime Rosales
Enric Rufas
Intérpretes: Sonia Almarcha, Miriam Correa, Nuria Mencía, Juan Margallo, Petra Martínez, Luis Villanueva, Luis Bermejo, Jesús Cracio, María Bazán
Fotografía: Óscar Durán
Dirección artística: Ion Arretxe
Montaje: Nino Martínez Sosa



Sinopsis:

Adela, una joven separada y con un hijo de un año de edad, está cansada de la vida que lleva en su pequeño pueblo natal al norte de León. Deja atrás las montañas y los paseos por los prados para trasladarse a Madrid donde todo es ruido, tráfico y un continuo vaivén de un lado a otro. Para salir adelante se busca un trabajo de azafata y se muda a un apartamento junto a Carlos e Inés, dos jóvenes muy agradables. Los tres se llevan muy bien en seguida, compartiendo comidas, dudas y ratos de ocio.

Antonia, la madre de Inés, tiene un pequeño supermercado de barrio. Lleva una vida bastante tranquila junto a su novio, Manolo, y sus tres hijas: Inés, Nieves y Helena, la mayor. Sin embargo, poco a poco, su placentera vida empieza a tambalearse. Primero, los médicos detectan un cáncer incipiente en su hija Nieves. Más tarde, la ya tensa relación entre sus hijas se complica aún más cuando Helena le pide prestado dinero a su madre para comprarse un piso en la playa.

Adela no ha tenido grandes dificultades para adaptarse a la vida urbana, a pesar de que el padre de Miguelito no le ayuda demasiado económicamente. Un atentado terrorista, mientras viaja en autobús, dejará su vida hecha añicos. A partir de ese momento deberá encontrar la fuerza para regresar a una vida normal.



Varios sacado de la revista Fotogramas:


Por segunda vez Cannes acoge un film de Jaime Rosales. Si su debut, "Las horas del día", desconcertó, su segundo largo no es menos turbador: drama sin dramatismos y con actores que se comportan como en la vida misma.

La soledad se ha estrenado en Cannes en una sección paralela pero muy prestigiosa, Una cierta mirada. ¿Qué importancia le da a esto?
Mucha. Cannes es el mejor escaparate para cualquier tipo de cine, pero más aún para una película que no es tanto de evasión como de concienciación. Yo creo que una de las funciones del cine es estimular la conciencia del espectador, que busque, que la complete.

Con Las horas del día ya participó en la Quincena de Realizadores y obtuvo un premio de la crítica internacional. ¿En qué ayudó al film?
Fue esencial. La proyección en Cannes tuvo muy buena prensa y eso le dio mucha vida a la película. A partir de la selección tuvimos un distribuidor que luchó por ella en España y un agente de ventas que lo hizo en el extranjero.

El objetivo en Las horas del día era reflexionar sobre el asesinato desde una perspectiva distinta. ¿Cuál es esta vez?
En el origen hay una propuesta formal, por un lado, que es la polivisión. Y por otro, una serie de experiencias que he vivido en los cuatro años que separan Las horas del día de La soledad, como haber sido padre o testigo de situaciones trágicas en personas cercanas, lo que me ha configurado una visión en torno a la vida y la muerte que he intentado plasmar en la historia de dos mujeres. Esa lucha problemática entre la vida y la muerte, donde ninguna acaba de ganar, porque la vida siempre continúa pero la muerte siempre se lleva un botín, es lo que recorre la película, bajo un punto de vista más emocional que el de Las horas del día.

¿Qué originó la película?
Nada concreto. Fue un trabajo desde la imaginación. Los personajes femeninos fueron apareciendo. Y mientras escribía el guión en París, ocurrió el 11- M. Decidí entonces, al vivirlo allí, sin la politización del suceso en España, que uno de los personajes sufriría un atentado terrorista. Y que el film reflejaría el dolor y la lucha contra una pérdida muy brutal. A veces la vida discurre tranquila, pero en un santiamén puede pegar un giro inesperado y tremendo.

Estamos diseñados para sufrir y para superar el sufrimiento, dice en el press book.
La muerte deja su rastro pero la vida avanza. Nada vuelve a ser como antes pero hay que seguir. Es la dureza de la vida. Entre Las horas del día y La soledad, una lectura me marcó: Si esto es un hombre, de Primo Levi, esa crónica de los campos de concentración donde dice que de allí uno sale con doble vergüenza: por lo que un hombre es capaz de infligir a otro y por haber sobrevivido a aquella atrocidad.

¿Por qué la Polivisión?
Eso parte de mi propia concepción del cine. Para mí es una obligación del creador crear; y crear es superar una serie de obstáculos, de imposibilidades, y buscar formas de percibir que no se hayan explorado antes. Enseguida vi que quería trabajar el concepto de la Polivisión. Y a partir de esa elección tenía que ver qué expresividad añadía eso a la narración respecto a un lenguaje tradicional. Era un experimento. He descubierto que la polivisión, por ejemplo, permite acentuar el aislamiento de personajes que comparten un espacio. O el contraste que representa que alguien muera en un lado de la pantalla y la vida continúe impasible en el otro. Hay momentos en los que no añade expresividad, pero no podía saberlo: no lo había hecho nunca.

Apabulla la naturalidad de los actores.
Parto de un guión muy preciso, pero me gusta introducir improvisaciones; eso imprime verdad. Para lograrlo hay detrás un casting intenso, muchas lecturas y ensayos, pero me gusta dejar cierto margen a la improvisación. Crea una cierta angustia a todos, pero compensa.

¿A qué soledad alude el título?
A la existencial, profunda de cada uno. A la que sientes cuando te enfrentas a aspectos cruciales de la vida. O ante una pérdida.