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El tándem formado por el director Juan Taratuto y el actor Diego Peretti va camino de repetir el éxito comercial de su anterior película juntos ("No sos vos, soy yo") con esta comedia sobre una improbable pareja. El intérprete argentino nos habla de esta comedia romántica.
Ha participado en la adaptación del relato de Pablo Solarz. ¿Cuál fue la idea de partida? Ver cómo se podían unir dos personajes muy opuestos en cuanto a sus formas de vida, a sus orígenes, a sus proyectos.
¿Qué aportó usted al guión?
Si acaso, dificultar al máximo la unión entre ellos, obstaculizarla dramáticamente lo más posible: que ella estuviera embarazada; que él tuviera eyaculación precoz; reforzar las manías, obsesiones y prejuicios de él, y en ella lo extrovertida y liberal que es.
Un poco al límite que la asistenta le ayude a resolver su problema de eyaculación precoz...
Leímos cosas al respecto y uno de los ejercicios era ese, la contención mientras otra persona te masturba, así que él, que no tiene quién, empieza a mirar con cierto afecto a la asistenta (ríe). Nos pareció una cosa barroca pero que no desestructuraba la historia, así que lo metimos.
Ese musculoso torso que luce en la película, ¿fue exigencia del papel?
No, soy muy deportista. Me gusta el fútbol, voy al gimnasio, corro. Jugué al voleibol de forma profesional y procuro mantenerme en forma.
Se preguntaría, al preparar su personaje, por qué alguien se enamora de un tipo tan raro.
Sí, pero por más que él esté encerrado en un caparazón para no dejar pasar los afectos, esté lleno de manías y tenga una personalidad tan prejuiciosa, ninguno de los dos ha conocido lo que es amar. Son personas solitarias.
Tanto en No sos vos, soy yo como aquí encarna a personajes algo patéticos, tiernos...
Sí, él padece el romanticismo. Ella también, pero de otra forma. Por primera vez le empiezan a suceder cosas que están fuera de su control. Lo que debe hacer y lo que desea hacer se contraponen; esta situación lo angustia mucho.
Usted abandonó la medicina para ser actor...
Sí, soy médico psiquiatra, pero a la vez hacía teatro y llegó un momento en que preferí dedicarme a lo artístico y dejar lo científico.
En el fondo no son oficios tan lejanos, ¿no?
Tienen la misma materia de estudio: las complicaciones en el alma humana, su ansiedad, su angustia. En un caso desde un discurso terapéutico, y en el otro, artístico. Siempre me ha atraído mucho el sentimiento de angustia de cualquier signo. Es la esencia de todo drama, tragedia o comedia. Cuando uno doblega la angustia significa que se conoce un poco y puede fantasear un poco más con la felicidad. Pero es difícil.
Si Taratuto es el Woody Allen porteño, usted es el Woody Allen actor.
(Ríe) Juan tiene una visión muy humorística de la vida cotidiana. Pone la lupa sobre esas pequeñas cosas que vemos y vivimos cada día, y las convierte en cómicas.
Guillermo Toledo y Laura Pamplona están en el film. ¿Tuvieron ocasión de conocerse?
Sí, sí. Había visto a Willy en Crimen ferpecto (Álex de la Iglesia, 2004) y también en teatro, con Hamelin. Me parece un actor de raza. Los recuerdo a los dos con mucho cariño. A mí lo que me sucede con España es que... Mi mamá, ya fallecida, era madrileña, se vinieron a Argentina por la Guerra Civil, y cuando fui a presentar allí No sos vos soy yo y Tiempo de valientes (Damián Szifrón, 2005) me sentí como en casa.
Entrevista sacada de la revista Fotogramas.